Así se desprende de una reciente revisión bibliográfica realizada en la Clínica Universidad de Navarra sobre la epidemiología de la fertilidad, que aglutina distintos estudios internacionales.
Fruto de dicha revisión, llevada a cabo por los especialistas del Departamento de Ginecología y Obstetricia se concretan una serie de hábitos de vida modificables que favorecen la fertilidad, como el mantenimiento de un peso normal o evitar el consumo de tabaco y alcohol.
Según ha informado el citado centro en un comunicado, la modificación de determinados hábitos está indicada especialmente para aquellas mujeres que no quieren recurrir a tratamientos artificiales propios de la reproducción asistida.
Junto a eso se alude a la importancia de conocer cuáles son los días fértiles dentro del ciclo menstrual, ya que "dirigiendo las relaciones sexuales a esos días, aumentan las probabilidades de embarazo".
Por otro lado, el hecho de no mantener un peso normal -un índice de masa corporal situado entre 20 y 25- disminuye la fertilidad, tanto en las mujeres obesas como en las delgadas.
Además, la influencia negativa en la fertilidad del sobrepeso y la obesidad, empeora con el hábito de fumar y es que, "según un estudio que compara tasas de fertilidad en mujeres clasificadas por peso y consumo de tabaco, en las delgadas la fertilidad sólo empeora claramente por encima de los dieciséis cigarrillos diarios", mientras que en las que presentan sobrepeso y obesidad, "la tasa de fertilidad disminuye desde el primer cigarrillo consumido".
Esta influencia del tabaco "ocurre también en fumadoras pasivas y en la reproducción asistida, donde se reducen las tasas de implantación, embarazo y 'take home baby' (recién nacido sano)".
El consumo de cigarrillos no sólo disminuye la fertilidad, sino que también puede influir negativamente en la evolución del embarazo, de forma que "las fumadoras tienen más posibilidades de sufrir abortos que las no fumadoras".
Otro de los hábitos modificables cuando se está buscando un embarazo es el consumo de alcohol, ya que "tomar más de cinco unidades de alcohol por semana reduce la tasa de embarazos por ciclo menstrual. Así que cuanto más alcohol consuma, más difícil es que una mujer quede embarazada" Igualmente, la cafeína consumida en grandes dosis parece tener influencia en la tasa de fertilidad, pese a que "la cafeína no es mala", pero "se ha visto que tomar más de 3 o 4 cafés diarios disminuye a la mitad la posibilidad de embarazo".
Aunque resulta difícil de medir, reconocen también que un nivel elevado de estrés también conlleva "más dificultades para quedarse embarazada y un mayor número de abortos".
Junto a eso señala la edad como un factor determinante. "La fertilidad máxima se da entre los 20 y los 25 años; a los 30 ya disminuye un 15 %, porcentaje que se reduce entre un 26 y 46 % a los 35 años y cae hasta un 95 % entre los 40 y 45 años".
Por otro lado, a mayor edad, mayor probabilidad de sufrir abortos, debido al incremento de problemas genéticos en el feto. "A los 30 años, la tasa de abortos oscila entre el 7 y el 15 %; entre los 35 y los 39 aumenta hasta el 17 y el 28 % y, a partir de 40 años, llega hasta el 34 y el 52 %".
Finalmente los expertos indican que todos los hábitos mencionados -obesidad, tabaco, alcohol, cafeína y estrés- pueden influir en la capacidad reproductiva del varón
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